LOS CORRALES DE COMEDIA
Duran los siglos XVI Y XVII las obras se representaban en
unos lugares llamados corrales de comedia. Inicialmente eran patios interiores
de una manzana de casas, en uno de cuyos lados se alzaba el tablado que hacía
de escenario, los
espectadores contemplaban la obra desde el patio o desde las ventanas. Ésta es
la base primitiva del corral, que a finales del s. XVI se fue modificando hasta
construirse, especialmente como edificio teatral. Las ventanas y los balcones,
se convirtieron en aposentos para el público noble, se techaron los patios y se
colocaron bancos, y se destinó un sitio especial para las mujeres.
A los lados del escenario se instalaban gradas
y galerías, con aposentos reservados para monarcas, familias de la nobleza y
otros personajes. Frente al escenario, separado por el patio de piedra del
corral, se encontraba un edificio de cuatro plantas. En la planta baja estaban
la entrada y los aposentos alojeros. En la primera planta se situaba la cazuela
y en la segunda planta denominada la
"tertulia".En ocasiones los balcones y las ventanas de las casas
contiguas eran alquiladas para gente que no quería ver la obra de pie. El
escenario y las gradas laterales podían estar semi-protegidos por un tejadillo
voladizo (el toldo).
El público que acudía a ver las
obras era muy amplio y se colocaba de manera rigurosa por su posición social y
sexo. Los espectadores estaban tanto sentados como de pie. Cuanto más privilegiada
era la vista y más cerca se estaba del escenario significaba tener mayor poder social. Los primeros bancos eran
ocupados por comerciantes, artesanos y primeros burócratas (únicamente hombres).
Detrás de ellos y de pie se situaban los mosqueteros y la gente del servicio.
En la entrada había alguaciles y, tanto estos como los escritores o cargos
municipales, entraban gratis. Al final, en la cazuela, se sentaban mujeres y
las tertulias estaban la gente culta como los clérigos. Los aposentos y
habitaciones de las casas eran los espacios más caros y estaban reservados a la
burguesía y la nobleza. Finalmente, en un aposento especial, localizado dentro
del escenario, se sentaba el rey.
Los corrales peninsulares que
había en los siglos XVI-XVII eran:
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Los corrales del Príncipe y de la Cruz en Madrid
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Los corrales de Doña Elvira, San Pedro y la Montería en Sevilla
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La casa de comedias de la
Olivera y la Casa Nova de la Olivera en Valencia
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Las casas de comedia de Oviedo, Badajoz, Pamplona y Córdoba
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El teatro de la Puerta Real de Granada
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El corral de Alcalá de Henares, el de Almagro
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Patio de comedias de Guadalajara.